Vía Verde del Campo de Cartagena
Historia del Ferrocarril
A Cartagena llegan trenes desde el año 1863, con una línea procedente de Murcia y Madrid. 22 años más tarde esta región murciana contó con otro ferrocarril, el que desde 1885 conectaría Alcantarilla con Lorca y Andalucía. Quedaba así esa ciudad portuaria, base de la Armada, con una conexión un tanto larga y precaria en sus posibles salidas hacia el Sur, dado el obligado rodeo por la capital murciana. Es por ello que se barajaran alternativas a ese largo ramal, las cuales tuvieron como una de sus justificaciones más invocadas el conectar entre si las bases de la Armada, concretamente esta de Cartagena con la andaluza de San Fernando. Esto, en la zona gaditana, propició por su parte la creación de otro fallido ferrocarril: la línea de Jerez a Almargen.
Y si bien la iniciativa privada había estado detrás de este proyecto durante muchos años, no llegaba nunca a fraguarse. La razón militar y el impulso del Plan Guadalhorce, que buscaba mallar la red nacional con varias nuevas líneas, fue la que puso a miles de obreros a mover tierras y tender puentes en esta zona del Campo de Cartagena, con una línea que quería conectar con Águilas pasando por las inmediaciones de Mazarrón. En Águilas se conectaba con el ferrocarril que va hacia Almendricos, cosiendo así toda la costa murciana por tren y abriendo la puerta directa a Andalucía Oriental por Guadix.
Pero en 1928 se determinó abortar el proyecto de llegar hasta Águilas, en aras de lograr una conexión más directa con la red existente en Totana, dibujando un nuevo trazado desde el paraje de La Pinilla. Esto forzó el temprano abandono de lo ya explanado entre La Pinilla y Mazarrón. Finalmente, cuando toda la obra de infraestructura estaba concluida, a falta del tendido de raíles, un desfavorable informe del Banco Mundial de los años sesenta del siglo XX condenó a muerte a este nonato ferrocarril, dejando estas dos explanaciones que tajan esta comarca con una “Y” de ferrocarriles fallidos, hoy vías verdes.