Vía Verde de Compostela-Tambre-Lengüelle
Descripción de la ruta
Con más de 28 kilómetros ya consolidados, este itinerario ostenta el título de la ruta más larga de Galicia hasta el momento.
Este tramo recuperado como vía verde entre Oroso y Cerceda destaca por su profunda conexión con el patrimonio natural, industrial e histórico de la Galicia interior que tanto valor tiene. Además, cabe destacar que la persona que se anime a realizarla, encontrará entre sus atractivos un museo al aire que preserva la memoria del antiguo trazado ferroviario que unía Santiago con A Coruña.
Mientras preparamos las zapatillas y/o la bici para el inicio de la ruta, al viajero o viajera le gustará saber que próximamente esta vía verde sumará en el verano de 2026 otros 10 km para llegar a la ciudad santa de Santiago de Compostela una alternativa o prolongación al Camino de Santiago para los peregrinos y no peregrinos con alma viaverdera que quieran llegar a pie o bici a la ciudad, o partir de ella para marcarse una buena excursión. De este modo, esta ruta que se inauguró el 4 de septiembre de 2022 por la Diputación de A Coruña y los municipios de Cerceda, Oroso, Ordes y Tordoia contará con cerca de 40 km siguiendo los ríos Tambre y Lengüelle como su propio nombre indica.
¡Nos ponemos en marcha!
El espectáculo del río Tambre
El inicio de la Vía Verde Compostela-Tambre-Lengüelle en el km 10 (hoy en día) arranca en un hito de la ingeniería industrial: el espectacular Viaducto sobre el Río Tambre. Esta imponente obra de fábrica regala una vista panorámica inolvidable del caudaloso Tambre, un río atlántico de inmenso valor ecológico. Un lugar que se quedará impreso en nuestra memoria y seguro, seguro que en nuestra cámara. Una vez hechas esas primeras fotografías del imponente viaducto, a escasos metros nos topamos con las primeras dos áreas de descanso de las seis que tiene la ruta. Sus paneles informativos nos explican la historia y la existencia de zonas de picnic y aparcabicis. Es un buen momento para detenernos y admirar el paisaje.
Desde aquí, la vía verde se sumerge en un bosque atlántico frondoso y mágico, donde robles, castaños y alisos nos escoltan en un trazado sinuoso que sigue las curvas de la antigua vía y en paralelo al río Lengüelle, siendo éste el escenario perfecto para una aventura de turismo activo. Varias empresas locales organizan emocionantes descensos en kayak y canoa, que permiten navegar por sus aguas cristalinas y tranquilas, sumergiéndose en el corazón del frondoso bosque atlántico gallego. Actividades ideales para toda la familia o grupos, que combinan deporte, diversión y la oportunidad de contemplar la flora y fauna de la ribera desde una perspectiva única y refrescante. En los datos prácticos de esta guía de viaje puedes consultar las empresas que ofrecen estos servicios de turismo activo.
Seguimos en ruta y pasado el km 15 nos encontramos con el edificio de la antigua estación de ferrocarril de Garga-Trasmonte que cuenta con un área de descanso – la tercera que encontraremos- ideal por si queremos comer o beber y observar la belleza de la zona y escuchar el arrullo del agua.
La experiencia de estos primeros 5 kilómetros culmina al adentrarnos en el fresco y envolvente Túnel da Costa de 207 m de longitud. Este es uno de los atractivos singulares de la vía verde que ofrece un paseo a media luz que nos transporta al corazón de la montaña y nos recuerda que circulamos por la antigua plataforma de un antiguo ferrocarril. (¡No olvides llevar tu linterna o luces en la bici!).
En tierra gallega de antiguos edificios ferroviarios del estilo vasco
A medida que nos adentramos en el municipio de Ordes, el bosque atlántico comienza a ceder el paso a un paisaje más despejado, ofreciéndonos vistas a grandes prados y serenas tierras de labranza. El corazón de esta sección es la histórica estación de Ordes-A Pontraga en el km 20, que se ha transformado en un área recreativa de ocio al aire libre, aunque su edificio original no ha sido rehabilitado de momento. Como curiosidad de esta estación cabe destacar que el edificio de viajeros es gemelo idéntico al de la estación de Azpeitia en la Vía Verde del Urola en la provincia vasca de Gipuzkoa en Euskadi, allí empleada como sede del museo vasco del ferrocarril.
Ya en el entorno de Ordes puede ser una buena ocasión para visitar la localidad que ofrece una arquitectura marcada por la tradición rural en piedra y el patrimonio religioso. La Iglesia de Santa María de Ordes destaca como una de las joyas patrimoniales, combinando elementos románicos con adiciones posteriores que le confieren su aspecto actual, con una característica fachada que a menudo presenta una robusta espadaña. Más allá del templo, la arquitectura del municipio se define por las casas rectorales y la vivienda popular de cantería, que convive con hitos más modernos como es el caso del Museo do Traxe (Museo del Traje). Este rico patrimonio se complementa con la ineludible oferta de la gastronomía gallega, donde los productos de la tierra y la cocina tradicional invitan al viajero a reponer fuerzas y disfrutar de los sabores auténticos del interior.
Tras esta pausa cultural y gastronómica, nos reconducimos al itinerario ciclista y/o senderista inicial para continuar con el recorrido. Una nueva área de descanso Ordes-A Ponte alcanzaremos en el km 21,5. esta área es lugar para autocaravanas.
Proseguimos en ascenso, obras de ingeniería vemos a nuestro pasar, la vía nos revela el gran esfuerzo de la ingeniería del pasado: cruzamos pasos a nivel e imponentes trincheras donde el tren cortaba la roca. En esta ligera ascensión, la ruta nos guía hacia el municipio de Tordoia (km 24,), donde alcanzaremos una de las cotas más altas del recorrido y donde una de las recompensas será las amplias panorámicas del entorno; vamos aproximándonos al apeadero de Gorgullosos-Tortoia.
Este tramo es la perfecta transición entre la ingeniería monumental y la quietud de la Galicia rural, una quietud que invita a desviarse brevemente del camino para descubrir otros tesoros naturales. Muy cerca del itinerario, se esconde la impresionante Fervenza de Santaia o de Portociños (también conocida como Salto do Lobo). Se trata de un magnífico rincón natural donde el río Viladabade (afluente del Lengüelle) que esconde también un fascinante patrimonio etnográfico con varios antiguos molinos de agua, uno de los cuales (la Acea de Estevo) todavía conserva su maquinaria en funcionamiento.
Retomamos el recorrido por la vía verde, y superado el paisaje rural de Tordoia, la ruta toma un nuevo rumbo: a partir del km 30 el itinerario se aleja de la traza original del ferrocarril que unía Santiago con A Coruña (hoy en día utilizada para la línea AVE de alta velocidad a Galicia) y hasta el municipio de Cerceda nos toca seguir por caminos alternativos, no por ello menos bellos. Durante la andadura una nueva área de descanso de la antigua estación de Queixas-Logroño nos recibe presumiendo de edificio emblemático de la arquitectura ferroviaria. El color azul vivo de su fachada nos recuerda nuevamente a la estética de las estaciones de los ferrocarriles de Euskadi.
Después de recorrer otros 2 km, la vía verde se bifurca en dos ramales hasta llegar al final del recorrido en el km 36. Ya en tierras de Cerceda, nuestro periplo culmina en la emblemática antigua estación de Cerceda, hoy en día rehabilitada como albergue turístico. Se trata de un edificio del siglo XIX restaurado en 2023 que cuenta con tres habitaciones temáticas con nombres ferroviarios un guiño a ese pasado ferroviario (O Ánden, As Vías y O Vagón) y que además ofrece servicios de alquiler de bicicletas, cafetería, restaurante y un jardín-terraza donde disfrutar del entorno y como no, de la vía verde, de la enorme aguada que aún se preserva y otros elementos ferroviarios. Este lugar en apenas 2 años, se ha convertido en un lugar de encuentro transformado en espacio de ocio para locales y turistas, un símbolo que recuerda la historia ferroviaria, listo para acoger a quienes han recorrido la Vía Verde Compostela-Tambre-Lengüelle.
Pero la oferta turística de Cerceda abarca mucho más, el municipio es conocido por ser un destino de ocio y naturaleza para toda Galicia. En verano, el Aquapark de Cerceda, el único parque acuático de la comunidad, atrae a miles de visitantes con sus piscinas y toboganes. Además, es imprescindible conocer el Lago das Encrobas (o Lago de Meirama), resultado de la rehabilitación ambiental de una antigua mina de lignito, que hoy es un espacio natural privilegiado y protegido, ideal para el senderismo y la observación de aves, con un sendero perimetral de 6,5 kilómetros. Finalmente, se pueden visitar diversos museos como el Ecomuseo de Cerceda o el Museo del Moucho (dedicado al búho), que muestran la riqueza paisajística, industrial e histórica de esta comarca coruñesa, siendo este un lugar muy curioso especialmente para los más pequeños.
Y hasta aquí la Vía Verde Compostela-Tambre-Lengüelle una escapada irresistible que sumerge a los viajeros y viajeras en la historia, la ingeniería, en lo local y por supuesto en la naturaleza verde de las tierras gallegas.

