Vía Verde del Mar
Historia del Ferrocarril
Cuando a mediados del siglo XIX se tendieron las vías del ferrocarril Valencia – Barcelona, las playas no estaban todavía tan de moda. A nadie le extrañó que se construyera un enorme terraplén entre el pueblo de Benicàssim y su costa por donde discurría el ferrocarril. Con el posterior desarrollo urbano y turístico, ese terraplén se convirtió en una ignominiosa barrera física. Esto unido a la imposibilidad de adaptar el trazado a las nuevas exigencias del ferrocarril, obligó a la construcción de una variante del trazado, que dejó sin uso varios kilómetros del viejo ferrocarril. Parte del mismo, en el lugar por donde se atraviesa la Sierra de Oropesa, ha sido recuperado como una de las vías verdes más hermosas, gracias a las obras de acondicionamiento llevadas a cabo por el Ministerio de Fomento en colaboración con la Generalitat Valenciana entre 2008 y 2009, y como medida compensatoria de impacto ambiental de la nueva variante ferroviaria.