Vía Verde de Río Tinto
Historia del Ferrocarril
El Ferrocarril Minero de Rio Tinto es uno de los más míticos de nuestro país. Una línea que si bien su razón principal se debió a la puesta en servicio en clave masiva de estas minas de piritas y cobre por capital británico, transportó también viajeros y mercancías de todo tipo. “The Rio Tinto Cº Ltd“ adquirió las históricas minas de Rio Tinto al Estado en 1873. Sacar el mineral a la costa para su exportación era una cuestión ineludible, y el ferrocarril era sin duda alguna el mejor modo. Y tras un agitado proceso concesional, ese mismo año fundacional se inician las obras de un ferrocarril de 84 km de línea, en el peculiar ancho británico de 1.067 mm, a los que sumaban nada menos de 264 km más en accesos a minas, apartaderos, muelles, ramales…
La línea fue inaugurada en 1875, siguiendo el cauce del Tinto en todo su recorrido hasta Huelva. Allí la empresa montó el espectacular cargadero marítimo en la ría onubense, un muelle aún conservado como monumento del patrimonio industrial. Desde Niebla hasta Huelva las vías corrían parejas a las del FC Sevilla-Huelva, cruzándose en San Juan del Puerto con otro ferrocarril minero, el que subía hasta las minas de Buitrón. Por su extremo oriental, el tren de Rio Tinto tenia ramales a Zalamea (donde empalmaba con el Fc del Buitrón) y a Nerva, donde conectaba con otras líneas mineras hasta Sevilla, formando parte de una compleja red de líneas mineras de vía estrecha.
La etapa británica en minas y trenes concluyó en 1854, cuando fue adquirida por la “Compañía Española de Minas de Rio Tinto, S.A.”. Curiosamente, la empresa inglesa siguió trabajando en el resto del mundo con el nombre español hasta 1978. Su parque de material fue brutal: 143 locomotoras de vapor, 10 diésel, 7 eléctricas, 1200 vagones, y unas 2000 vagonetas mineras, más material auxiliar. Tuvo un tráfico espectacular, pero el fin de la actividad minera la abocó al cierre, primero para los servicios de viajeros en 1968, y ya en 1984 el cierre total. De aquel esplendor sobrevive un tramo de 11 km explotado desde 1994 como Ferrocarril Turístico en la zona minera, desde Rio Tinto a Los Frailes.