Vía Verde del Tren Pinxo
Historia del Ferrocarril
Esta vía verde del Tren Pinxo es un poco singular en nuestro panorama de rutas sobre antiguos ferrocarriles. Y es que ello responde a que, stricto sensu, los trenes que subían de Girona a Banyoles no respondían a una concesión “ferroviaria”, sino “tranviaria”. De esta manera, si bien los trenes no se distinguían mucho de cualquier otro tren, discurrían por calles y bordes de carreteras, como es habitual en las líneas de tranvías. Esto reportaba un importante ahorro a la hora de explanar terrenos o adquirirlos. Pero, por ello, cuando la línea murió, sus carriles fueron levantados y las carreteras recuperaron todo su terreno para el asfalto y los coches.
Pero yendo por partes, nuestra línea Banyoles es una hija tardía de un primer tranvía que unía la estación de Flassá con la costa mediterránea en Palamós, que fue puesto en servicio en 1887 por la “Sociedad Anónima del Tranvía del Bajo Ampurdán”. En Flassá enlazaba con los trenes de vía ancha de la Compañía del Norte, en la línea hacia Portbou o hacia Girona y Barcelona. En 1921 el tranvía, con 34 km de vía de ancho 75 cm, creció 16 km hacia el sur, para llegar a Girona, ya de manos de la “S.A. de Ferrocarriles Económicos de Cataluña”, empresa de capital belga. Y la definitiva expansión llegó en 1928, cuando se tendieron los 14 km de vías desde la estación de Pont Major, a medio camino entre Flassá y Girona, hasta las orillas del lago.
La Guerra Civil fue especialmente dura en este tramo, muchas de sus estaciones fueron bombardeadas y se perdieron trenes. Tras la contienda toda la red fue asumida por Explotación de Ferrocarriles por el Estado, que mantuvo la explotación, pero el volumen de sus gastos duplicaba al de los ingresos. En estas coordenadas, el gobierno decretó el cierre de la línea, lo cual se hizo efectivo el 1 de marzo de 1956, creciendo las carreteras y desapareciendo casi toda huella de aquel carrilet tranviario.