Camino Natural Vía Verde del Carrilet Olot - Girona
Route Description
Del Pirineo a la sorprendente ciudad de Girona
Está previsto que en un corto plazo de tiempo esta vía verde quede unida por un camino a la Vía Verde del Ferro i del Carbó -15 km entre Ripoll y Sant Joan de les Abadesses- pero ya existe un tramo de enlace de 22 km señalizado desde Olot pasando por el Coll de Sentigosa. Si a esto le sumamos la Vía Verde del Carrilet Girona- Sant Feliu de Guíxols de 39 km nos podremos desplazar desde el alto Pirineo hasta la mediterránea Costa Brava a lo largo de más de 150 km ¡todo un reto!
La Vía Verde del Carrilet, es sin duda una de las veteranas del panorama estatal viendo la luz haya por los años 90 del pasado siglo. La ruta tiene en su mayor parte una marcada pendiente de descenso desde Olot (440 m) hacia Girona (70 m), con una cota intermedia en el Coll d’en Bas, situado a 600 m. Por ello, se plantea comenzar en Olot lo que permitirá disfrutar más plácidamente de los verdes paisajes de estas comarcas catalanas.
De Olot hacia la sierra
La ruta arranca en la estación de Olot, la cual conserva en perfecto estado su edificio de viajeros. Junto al río Fluvià y el parque de la Font de Sant Roc, la vía abandona Olot atravesando un túnel artificial bajo la ermita de Sant Roc. La larga trinchera que hay tras el túnel se va abriendo poco a poco, descubriendo a su salida unos parajes rurales de gran sabor y serenidad.
En el km 2,5 se llega al antiguo apeadero de Sant Privat que aún conserva su modesto andén. Desde aquí, una larga recta abre un surco entre los tupidos maizales que tapizan estos llanos bajo los volcanes del Parque Natural de La Garrotxa. Al poco, encontraremos la estación de La Codella, que acoge el centro neurálgico del Parque de la Pedra Tosca. Así, la traza aproxima al viajero hacia localidad de Les Preses.
Cerca de la salida del pueblo, la estación de Les Preses convertida hoy en centro de información ambiental, es un punto de parada obligatoria donde se podrá conocer con más detenimiento el entorno natural.
A la salida de la estación, la original traza del ferrocarril se pierde entre campos de labor. Para nuestra tranquilidad, la señalización de la vía verde nos muestra la ruta a seguir sobre unos caminos que, 500 m más adelante, cruzan la carretera. Desde aquí, la vía se dirige hacia Sant Esteve d’en Bas (km 7), y a partir de esa población se abandona el antiguo trazado que ha sido cortado en diversos lugares por la nueva carretera. No obstante, un amplio y serpenteante sendero, señalizado y con una fuente incluida, bordea un idílico arroyo y campos de cultivo y huerta. Por aquí vamos ganando altura poco a poco y, tras cruzar con sumo cuidado la nueva traza de la C 152, encontraremos al otro lado la antigua carretera. Sobre su curtido y casi olvidado asfalto remontaremos leves rampas hasta llegar, en el km 11, al Coll d’en Bas.
En este tramo la vía del ferrocarril, que atravesaba la sierra por un túnel, fue ocupada por la nueva carretera, la cual utilizó para ello el angosto túnel ferroviario. Esta ascensión de apenas 1,5 km, ofrece, sin embargo, unas bellas perspectivas de la Val d’En Bas, llamada por aquí “la Suiza de Cataluña”. El cómodo descenso del puerto desemboca en la actual carretera al otro lado del túnel, punto desde el que la traza ferroviaria, a la derecha de la carretera, recupera su independencia y es plenamente transitable (km 12).
El descenso a Les Planes
Un fuerte descenso permite el acercamiento hasta el apeadero de Sant Miquel de Pineda (km 14). Junto al andén se levanta la bucólica ermita románica de Sant Miquel. Hacia abajo, las pendientes se incrementan camino de Sant Feliu de Pallerols. Sobre un angosto valle y tras cruzar el río Bruguent, la vía se pega a la carretera para acceder a esta localidad (km 17), donde aún se conserva su estación rehabilitada como bar y servicio de información. Merece la pena visitar plácidamente esta bella localidad, atravesada de parte a parte por el río Bruguent.
Camino de Girona, la senda del carrilet prosigue hacia Les Planes. En este tramo se pasa al pie del milenario castillo d’Hostoles, situado en una atalaya sobre la vía. En Les Planes (km 22) la vía dibuja un enorme arco para perder altura.
La Vall d’Hostoles
Desde Les Planes se abre uno de los tramos más atractivos. La vía se interna en un camino de fuerte descenso entre bosques y junto al río, lejos de la carretera y las poblaciones. Sobre puentes y espectaculares trincheras, se alcanza el apeadero de Font Picant (km 28). Una amplia escalinata desciende hasta donde antaño se levantaba un entrañable hotel. Muy cerca, miles de litros de agua del manantial son embotellados diariamente para ser consumidos en mesas de toda España. El camino se hace más angosto se acerca hacia Amer (km 30), centro logístico del ferrocarril. La estación es ahora un centro de información. Los antiguos talleres acogen hoy a los bomberos locales, conservándose también en relativo buen estado el edificio de viajeros, el muelle y su peculiar cantina.
Hasta hace poco tiempo un kilómetro más adelante, la vía del ferrocarril desaparecía bajo la carretera y se usaba el viejo Camino Real que presentaba algunas rampas empinadas con firme de cemento. La novedad es que recientemente se realizaron obras para la mejora de la accesibilidad de este tramo. Una vez en la carretera, será preciso seguir de nuevo junto a ésta hasta llegar al cercano puente sobre el río Ter (300 m). La vieja carretera reserva su puente a los usuarios de la vía verde, dejando el remozado puente del ferrocarril para los raudos automóviles.
A orillas del Ter
Al otro lado del río la estación de El Pasteral (km 34), marca la entrada a otro tramo muy diferente. Un rectilíneo trazado se abre entre los cultivos llegando, 2 km más adelante, a la localidad de La Cellera de Ter. El ferrocarril cruzaba la Riera de Osor y entraba en apenas 1 km, en Anglès (km 37). Esta villa de fuerte sabor medieval, conserva su estación, pero perdió gran parte del trazado ferroviario a favor de una variante de abierto camino a la vera del asfalto, pero también merece la pena callejear por sus empedradas calles plenas de ecos del medievo.
Desde Anglés, la vía se empareja a la carretera hasta llegar a Girona. El río Ter flanquea por la izquierda la senda del carrilet mientras se suceden sus estaciones: Bonmatí (abandonada), Bescanó (construida de nuevo, con uso de centro de información), Salt y, definitivamente, Girona. Todo el camino discurre plácidamente entre frondosas choperas, pasando por lugares tan espectaculares como el paso de la Pilastra (km 49).
A partir de aquí, la vía verde abandona el trazado ferroviario poco antes de llegar a Salt (km 52). Desde esta localidad hay dos opciones para llegar a Girona: una, atravesando el casco urbano; la otra avanza por detrás de la estación de Salt, entrando en Girona por el barrio de Can Gibert del Plá. Sugerimos una visita por el espectacular casco antiguo de Girona.
Los que les haya sabido a poco esta ruta, pueden proseguir hasta las orillas del Mediterráneo gracias a la Vía Verde del Carrilet Girona-Sant Feliu de Guíxols.