Vía Verde do Salnés
History of the Railway
Esta joven vía verde se integra en el tramo ferroviario que unía Vilagarcía con Pontevedra. Es una prolongación del que fue el primer ferrocarril gallego, inaugurado en 1873 y que unió Santiago de Compostela y Carril (hoy integrado en Vilagarcía), su “puerto natural” desde la época medieval.
Nacido con el muy literario nombre de Ferrocarril Compostelano de la Infanta Doña Isabel, en apenas una década ya había mudado a otro más cosmopolita: The West Galicia Railway Company, “Te-ves”, como la llamarían después los paisanos, poco dispuestos a hacer concesiones a la lengua del imperio.
En la empresa hubo un personaje clave: John Trulock, su gerente desde 1880. Establecido en Padrón y con oficinas en Vilagarcía, años más tarde se convertiría en abuelo del premio Nobel Camilo J. Cela.
De Trulock nació la propuesta de unir Carril con Pontevedra por ferrocarril para, desde esta, llegar al resto de España. En 1895 comenzaron las obras: 32 kilómetros en cuatro años. Y como hitos de la vía verde, sus puentes. Para salvar el río Umia fue necesario construir dos puentes, uno al llegar a Pontevedra y otro el que hoy forma parte de la Vía Verde: tiene 64 metros de largo y una luz de 34, en el lugar de Paraíso. Fue diseñado, off course, por otra compañía inglesa: Joseph Westwood & Co. y así se encarga de recordárnoslo una placa en el mismo puente.
Y tras más de un siglo de ininterrumpido servicio, la construcción de una de las variantes del Eje Atlántico de Alta Velocidad dejó en el dique en el verano de 2008 este tramo, que ahora se puede de nuevo recorrer más despacio que los raudos trenes que corren por la línea de alta velocidad.