Vía Verde del Campo de Cartagena
Descripción de la ruta
La Vía Verde del Campo de Cartagena comienza su andadura en el cartagenero barrio de Los Dolores ya entre huertas y barrios periurbanos. Para cruzar la AP-7 (km 2) la opción más segura (señalizada) es la de la derecha por el paso inferior. Es un kilómetro más corto y no se comparte con otros vehículos, pero en caso de fuertes lluvias suele anegarse. Superada la autovía la vía verde hace honor a su nombre. Traza una larga y llana recta en la amplia planicie hortofrutícola que es el Campo de Cartagena.
A ambos lados se sucede una rica variedad de cultivos gracias al riego por goteo y el agua que llega por el transvase Tajo-Segura. Se cruza a nivel la carretera RM-605 a la entrada de La Aljorra (km 7,6), antes de bordear el casco urbano de esta pedanía de Fuente Álamo. Al acabar La Aljorra (km 8,7), se retoma la llana recta entre huertas.
Llanuras sin fin
Una alambrada transversal impide seguir la traza original del ferrocarril porque la antigua vía ha sido ocupada por una industria plástica. La continuidad de la ruta está garantizada por una ruta alternativa y señalizada que rodea la alambrada que cierra el perímetro de la finca Casa Grande hasta completar un largo rodeo de 4 km.
Recuperamos el trazado original del ferrocarril al pie de la sierra de Los Victorias, montañas cubiertas de aromáticas y esparto. Es el contrapunto al resto de la ruta. En un entorno tan silvestre la vía verde se curva e interna en varias trincheras. Pero por poco tiempo, porque a partir del puente junto a casa Tío Garrafo (km 18,6) nuevamente se convierte en una larga recta en la planicie de huertas, frutales en hileras y granjas. En el aire se respira la importancia de la producción porcina en Fuente Álamo.
El cruce de la carretera E-15 (km 20,9) precede a la travesía por las calles del casco urbano de Fuente Álamo, población de gran tamaño donde encontraremos una amplia variedad de servicios. Al concluir la travesía (km 21,7) nos encontramos ante una nueva recta en la planicie agrícola de huertas y frutales, jalonada por la pequeña pedanía del Campillo de Arriba (km 27,6).
En el km 29 la vía verde ha sido cerrada al paso por la finca de La Loma. Por el lado izquierdo, un camino alternativo rodea el perímetro alambrado, para recuperar la vía verde en el lado opuesto de la finca (km 30,1). Nuevamente de cara a una infinita rectitud, el paisaje pierde el verdor de las huertas. Las granjas de cerdos y el secano cobran protagonismo. En los campos medran cultivos de antaño como almendros, olivo y cereal.
Camino a Totana
En La Pinilla (km 32), pedanía de Fuente Álamo situada a 600 m de la vía verde, la antigua línea del ferrocarril se divide en dos: a la izquierda, está la Vía Verde de Mazarrón que desciende hacia el cerro minero de San Cristóbal. Hacia la derecha continúa la Vía Verde del Campo de Cartagena hasta Totana que se separa poco a poco de la anterior y cruza la misma rambla seca por un puente gemelo.
De camino a Totana iniciamos el descenso por el entorno ondulado y árido que conforma los márgenes de la cuenca del Guadalentín, donde se suceden altos terraplenes que nos muestran alternos campos de frutales o baldíos, y trincheras de paredes coloridas y terrosas. Este descenso está mediado por el antiguo paso inferior de la carrera RM-E11 (km 36,5), que ha sido sustituida por una flamante pasarela.
Cruce de la RM-23 (km 39,8) junto al resort Condado Alhama. Hacia la izquierda buscaremos el paso inferior que permite pasar bajo la autovía. Seguiremos descendiendo más ligeramente por un amplio espacio abierto tapizado en primavera por el cereal, donde aún se yergue la solitaria estación de El Romeral (km 40,8).
A partir de la solitaria estación la vía verde imprime su larga rectitud en la vega del Guadalentín, amplia llanura cuajada de huertas. Ahora ya nos encontramos en el entorno del espacio natural protegido de los Saladares del Guadalentín. El viajero deberá tener en cuenta que este tramo suele compartirse con vehículos agrícolas que dejan huellas de su paso y el firme algo rugoso.
En el km 45,6 cruzamos la obra de fábrica más importante de este ferrocarril: el viaducto sobre el Gualalentín. Y desde aquí ya la vía verde se convierte en una pista asfaltada y señalizada que habremos de compartir con otros vehículos hasta llegar al casco urbano de Totana. No hay mucho tráfico, pero hay que ir con cuidado. El horizonte siempre dominado por la silueta de Sierra Espuña.
Al llegar al casco urbano de Totana pasamos por el puente que permite pasar sobre las vías del tren para alcanzar finalmente la activa estación de ferrocarril de Totana (km 53).