Este trazado ferroviario se corresponde con el que debía unir las localidades de Linares (Jaén) y Utiel (Valencia). Es por ello, que aunque comúnmente se le denomina el FC. Baeza-Utiel lo correcto sería hablar de Linares-Baeza – Utiel. Este ferrocarril formaría parte de un itinerario mucho más largo que proseguiría hacia el norte, pasando por Teruel, Lleida, y conectando con la red francesa en Saint Girons. De todo ese trazado solo entró en servicio el tramo de Lleida a Pobla de Segur. El resto quedó solo explanado, a tramos. En este sector de Linares a Albacete se llegaron incluso a tender carriles en todo el tramo albaceteño. Una triple paradoja vino a malograr la puesta en marcha de este ferrocarril: nació muy tarde, cuando la carretera comenzó a quitar viajeros y cargas a los trenes; sufrió una penosa guerra civil y, finalmente, sus vías atravesaban parajes despoblados que iban quedándose aún más deshabitados década tras década. 
 
Por estas tierras manchegas las cosas parecían pintar bien y el proyecto iba muy avanzado, con las vías tendidas desde Albacete al límite provincial con Jaén, quedando tan solo por instalar la señalización. Pero sobre aquellos raíles solo circularon los propios trenes de la obra, ya que, en el año 1963, un fatídico informe del Banco Mundial estimó que ésta y unas cuantas líneas más, no deberían ponerse en marcha, ya que se consideraba que iban a ser ruinosas y arrastrarían en su caída al resto del sistema ferroviario nacional. 
 
En Albacete los raíles se oxidaron durante décadas siendo finalmente retirados a finales de la década de los ochenta del siglo pasado. En el resto de la ruta jienense, con muchas estaciones, espectaculares viaductos y largos túneles, todo quedó en el olvido hasta su recuperación en el marco de las actuales vías verdes.