La historia del ferrocarril en Mallorca se inició en el año 1875 con la inauguración de la línea entre la capital, Palma de Mallorca, y la principal población del centro insular, Inca. Esa primera línea de lo que sería la red de Ferrocarriles de Mallorca, se continuó posteriormente hasta Manacor, la capital del Levante mallorquín, a donde llegaría en 1879. Se piensa entonces en su prolongación hasta Artà. En 1913 se inician unas obras que duran cinco años, llegando el primer tren a Artá en 1921.

La red férrea de Mallorca culmina en la década de los treinta del pasado siglo con 10 líneas, 40 estaciones y 250 km de vía (proporcionalmente el doble que en el conjunto del territorio español peninsular). Sin embargo, a partir de ese momento el transporte por carretera comienza a ganar la partida al tren. El ferrocarril insular, como el del resto de España, inicia su declive, y en 1964 tiene lugar el cierre de la primera línea, Palma-Santany, a la que seguirían en 1967 la de Sta. María a Felanitx, en 1977 Son Bordils-Artá y en 1981 Inca-Sa Pobla. Algunos de estos cierres vinieron de la mano del cambio de ancho de esta red, que pasó de la peculiar “yarda mallorquina” (914 mm) al métrico de FEVE, empresa de la que toda la red dependía desde mediados de los años 50. Fue ese cambio de ancho el que propició la revisión de la rentabilidad de la las líneas aún supervivientes, quedando así fuera de juego esos dos trazados extremos, desde Inca a Artá y Sa Pobla.

No sería hasta 1999 cuando el Gobierno de las Islas Baleares iniciaría un plan de recuperación del ferrocarril insular. En 2003 se reabre la línea Inca-Manacor con automotores diésel (posteriormente se electrificaría), pero quedaba pendiente la prolongación del antiguo trazado hasta Artá. En 2009, el gobierno de las Islas Baleares inicia las obras para la reapertura del tramo Manacor-Artà con un proyecto de tren-tram, del cual se ejecutó toda la obra civil, incluidos los talleres de Son Carrió. Sin embargo, la obra se paraliza por una polémica urbana sobre la travesía tranviaria por el casco de Manacor, agraviada con la grave crisis económica de ese momento. Es por ello que se revisa el proyecto y se decide su paralización cuando solo estaba pendiente del montaje de la superestructura de línea (vías, electrificación y señalización).

Se piensa entonces en reorientar la infraestructura para aprovechar al menos el trabajo ya realizado, y la vía se transforma en vía verde bajo la dirección de SFM, Serveis Ferroviaris de Mallorca, quien se encargará también de su mantenimiento y gestión. En 2015 se inaugura la Vía Verde Manacor-Artà siendo ésta la primera vía verde de las Islas Baleares.