La red de Vías Verdes de los Montes de Hierro es el resultado de unir dos Vías Verdes de la comarca de Las Encartaciones/Enkarterri y en la Margen Izquierda / Zona Minera de la Ría de Bilbao: la Vía Verde Itsaslur/Campomar y la Vía Verde de Galdames o La Galdamesa, que en 2011 amplió su trazado en 15 km hasta llegar a la estación de tren de Traslaviña, siguiendo las huellas de la antigua línea ferroviaria Castro-Traslaviña.

Todas ellas tienen en común su origen minero, ligado a la extracción de mineral de hierro de gran calidad, cuya fama llegó hace siglos a toda Europa, siendo mencionado incluso en la obra de Shakespeare. Y que sin ir tan lejos, impulsó el despliegue industrial de todo el Gran Bilbao con iconos industriales como los Altos Hornos de Vizcaya, dando lugar tanto al nacimiento de la burguesía vasca, como al movimiento obrero.

La Vía Verde Montes de Hierro inicia su trazado en la estación de tren de Traslaviña (km 0), de la actual línea de Renfe Bilbao – Santander. Desde aquí se accede también a la Ruta de las Ferrerías y la GR 281 (que nos lleva por Balmaseda a las cumbres que bordean el curso del río Kadagua).

La vía verde nos conduce a Las Barrietas siguiendo las aguas cristalinas del río Kolitza, a través de dos túneles (87 y 147 m.), una vieja fandería y una hermosa pasarela de madera que cruza su cauce. En la otra orilla nos aguardan las ruinas de otra ferrería y de un viejo cargadero de mineral junto a la antigua estación de tren. En este punto el cruce a nivel de la carretera que sube al antiguo poblado minero de Alén (km 4), nos invita a salir de la vía verde a descubrir ferrerías de monte de más de 2.000 años de antigüedad en un entorno acondicionado como área recreativa.

Si continuamos por la vía verde entre bosques, pronto asomarán los espectaculares riscos que acogen al alimoche, un ave singular en peligro de extinción. Y atravesando desde lo alto la cantera de Sopuerta, llegamos al barrio de El Castaño, donde nos recibe una antigua vagoneta, invitándonos a entrar en el complejo de la mina Catalina famosa por sus dos hornos de calcinación y podremos ver (que no atravesar) el túnel de Los Herreros, cuyos 2 km de longitud fueron excavados a pico y pala en la primera mitad del siglo XX. Esta faraónica infraestructura permitía al ferrocarril cruzar el puerto de Las Muñecas y aparecer en el cántabro valle de Otañes para llegar finalmente al magnífico cargadero cantiléver (ya desaparecido), que colgaba sobre los acantilados de Castro-Urdiales. La anhelada recuperación de este túnel tal vez permita algún día la restauración de la vía verde siguiendo su originaria salida al mar. De momento, también podremos recorrer parte de este trazado a través de las Vías Verdes de Castro Urdiales.

En las inmediaciones encontramos también el área recreativa de El Alisal y El Castaño. Pero sigamos. 

Camino de La Aceña

Atravesando un nuevo túnel llegamos a Sopuerta Abentura (km 14), un atractivo equipamiento de ocio activo familiar. Siguiendo por la vía más allá del cargadero de la presa de Jarralta pasamos por El Arenao (punto de reencuentro con la Ruta de las Ferrerías), hasta alcanzar el antiguo puente del ferrocarril hoy recuperado como una excelente pasarela de madera sobre la carretera. Más adelante, otra nueva pasarela de madera sobre el río Barbadun (rico en truchas y cada vez más en salmones) y un pequeño túnel bajo la carretera nos conducen entre humedales a La Aceña, punto de encuentro de los antiguos trazados del ferrocarril Sestao-Galdames y el ferrocarril Castro-Traslaviña.

Para llegar a La Aceña debemos vencer una importante pendiente, si bien podemos retomar fuerzas descansando en su área de recreo, con mesas de picnic, juegos infantiles y un hermoso paseo fluvial, alrededor de las minas Tardía y Berango. Éste es el emplazamiento de un antiguo poblado minero que alberga hoy un hermoso embalse, empleado como coto de truchas de gran tamaño. Las inmediaciones acogen así mismo un bar-restaurante, una zona deportiva con parking que nos conecta nuevamente con la GR 281, previéndose la habilitación de un punto de alquiler de bicicletas en la antigua estación ferroviaria. Además, veremos a pie de vía la antigua estación del ferrocarril que llegaba hasta Sestao. Este edificio alberga en verano un punto de información de la vía verde (km 16).

Si continuamos la vía verde a través de sucesivos túneles como el de Vallejas y alguno más, nos adentraremos en una sucesión arbolada de distintos tonos verdes que nos acompañan en todo el trayecto, hasta llegar al barrio de El Cerco en Galdames. En este paraje se localizaba otro antiguo cargadero del ferrocarril, observándose extraños terraplenes y muros que llegan a atrincherar un tramo de la vía. Incluso, a la izquierda del camino, veremos un foso circular donde efectuaban el giro las locomotoras que hacían recorridos parciales hasta este punto.

Siguiendo siempre un paisaje arbolado llegamos a Santelices, Muskiz (km 23), cruce de caminos que nos da la posibilidad de salir de la vía verde, bien para descender a la ferrería de El Pobal, bien para subir al centro de interpretación de la Minería de Peñas Negras y la barriada minera de La Arboleda. Si decidimos tomar este sugerente desvío podremos realizar una ruta por lo alto de los montes de Triano y contemplar un paisaje espectacular por la densidad de explotaciones y su integración en el paisaje, a menudo en forma de balsas y lagos. 

Gallarta, el museo de la Minería y el túnel de El Sobaco

Si continuamos por la vía verde alcanzaremos en 8 km Gallarta (Abanto – Zierbena), donde nos aguarda el Museo Vasco de la Minería y su espectacular mirador sobre la mina Concha (km 27), que excavada bajo el pueblo original a lo largo de décadas, alcanza hoy cotas por debajo del nivel del mar.

A lo largo del trayecto, salpicado de magníficas vistas sobre Putxeta, el pozo Gerente y la playa de La Arena, nos encontramos el cargadero de la mina Borja y el túnel de El Sobaco -una ancha galería desproporcionada para un ferrocarril de vía estrecha, con una longitud de 150 metros perfectamente iluminados, con acera para peatones- y el albergue de Cotorrio. Y más adelante, las ruinas del cargadero de El Once (así llamado por ser el km 11 del tren Sestao - Galdames) donde se localizaba la terminal del largo plano inclinado, el mayor de la Zona Minera, que conectaba con las Minas del Saúco en Galdames. 

Tras la curva del Picón un área de recreo nos invita al descanso, junto a la antigua estación de Los Castaños. Curiosamente, todavía se conserva el foso donde las pequeñas locomotoras daban la vuelta, convertido hoy en un coqueto estanque.

Continuando, el antiguo plano inclinado de San Fermín y el túnel de Calcos Viejos (50 m) nos conducen hacia un tramo urbano de tráfico compartido (¡precaución!). Pasado esta población que alberga el antiguo Hospital Minero de Triano, retomamos un tramo más tranquilo, donde la vía se bifurca buscando por un lado salida al mar y por otro la ría de Bilbao.

Bajando hacia la Playa y el paseo de Itsaslur

A expensas de que la inminente recuperación del túnel de la Benedicta en Sestao restaure la original salida del mineral de hierro por la ría, -donde la vía verde conectará con la red de carriles bicis (bidegorris) del Gran Bilbao-, recomendamos la continuación de nuestro viaje rumbo al mar. 

Para ello habremos de tomar el bidegorri a mano izquierda, a la altura del área recreativa que hay junto al campo de fútbol de Gallarta (km 31), emulando a la espectacular línea de baldes aéreos de la Orconera Iron Company, durante los escasos 8 km que nos separan del Cantábrico, la apetecible playa de la Arena y la marinera Vía Verde de Itsaslur /Campomar.

Esta línea aérea de baldes que comunicaba la Mina Carmen VII en Ortuella con el lavadero de Pobeña en Muskiz, podría ser considerado el último eslabón del engranaje de la Vía Verde de los Montes de Hierro. Si bien su trazado original es imposible de restaurar (dada su condición aérea), las huellas de este gran ingenio -considerado en su tiempo el más importante de Europa por su perfección técnica y por sus 8 km de longitud-, ha dado pie a otro tramo libre de tráfico a través del bidegorri existente entre Abanto-Zierbena y Muskiz.

Una excelente recomendación es continuar desde Muskiz por el paseo fluvial del río Barbadún que une el centro urbano, por ambas orillas del río Barbadún, con el barrio de San Julián y la playa de La Arena.

Una vez pisamos la rojiza y ferrosa playa de La Arena, vale la pena pasear junto a sus dunas y marismas, hogar de garzas y cormoranes, antes de culminar nuestro recorrido por la Vía Verde de Itsaslur a través de un pequeño repecho de escaleras en Pobeña (km 39), al otro lado del puente que se extiende sobre el río Barbadún. Aquí encontramos aún rastros de la antigua línea de baldes y enlazamos con otro importante elemento cultural: el Camino de Santiago del norte, que cuenta aquí con un albergue de personas peregrinas. Este paseo junto al mar, al borde de los acantilados será difícil de olvidar, y las buenas fotos están casi aseguradas.

Llegaremos a la meta (km 42,5), tras admirar el singular conjunto monumental minero de El Castillo, Mina Josefa y Amalia Vizcaína al borde del mar, que hace pocos años se tragó el único cargadero vizcaíno sobre mar abierto. Entonces podremos disfrutar de un merecido descanso en el área recreativa. Y quien quiera continuar puede hacerlo a través de la Vía Verde del Piquillo, que nos acerca a la villa marinera de Castro Urdiales ya en Cantabria.