Cookie Consent by Free Privacy Policy Generator Vía Verde del Tren de los 40 Días

Vía Verde del Tren de los 40 Días

Histoire du chemin de fer

Vía Verde del tren de los 40 Días - Historia del Ferrocarril
Foto: Archivo Histórico Ferroviario
(REDER KLEINGEBEIL, GUSTAVO)

Desde Orusco, nuestra ruta abre una bifurcación hacia el Sur, que coincide con el popularmente conocido como Ferrocarril de los 40 Días (o también llamado de los Cien Días). De esta manera se bautizó a una efímera línea férrea que sólo funcionó durante el breve, pero intenso, periodo de la Guerra Civil. Su nombre evoca la urgencia para tender este ferrocarril, construido a toda marcha cuando la Batalla del Jarama seccionó el ferrocarril Madrid-Alicante en su salida desde Madrid. El cerco de las tropas franquistas en torno a la capital apremió al gobierno republicano a dibujar una conexión ferroviaria alternativa entre Madrid y Valencia.

El origen de la línea de ferrocarril se situó en Torrejón de Ardoz. Desde allí la nueva línea se implantaría sobre un tramo  del ferrocarril de vía estrecha. Éste era un ramal, de ancho métrico, que daba servicio al complejo de la Azucarera de La Poveda. De aquel ramal se aprovechó solo el primer tramo (que se ensanchó al ancho de la red ibérica) de 14 km, hasta Mejorada del Campo. Desde allí se explanó toda una nueva y larga línea hasta completar su recorrido en la estación de Tarancón, alrededor de 91 km que, a medio camino, en Orusco de Tajuña, se cruzaba con el Ferrocarril del Tajuña.

Desde Tarancón, para enlazar con las vías hacia Levante y Andalucía, se utilizó un tramo del ferrocarril Aranjuez-Cuenca, hasta Santa Cruz de la Zarza, y desde esta estación toledana se construyó otro ramal hasta Villacañas, enlace final con la línea Madrid-Alicante. Todo este ferrocarril, al que también se denominó Vía Negrín, en recuerdo al político republicano impulsor del proyecto, no duró mucho más que aquella triste contienda civil.

En 1940, una vez terminado el conflicto, el tramo Mejorada del Campo-Tarancón se desmanteló por su innecesaridad, empleando su material en la restauración de otras líneas ferroviarias, muy dañadas por la guerra. Hay que apuntar que todo caso, para tender aquellas vías se levantaron a toda prisa vías de todas partes, de estaciones, apartaderos, ramales, dado que la siderurgia no podía proveer de los carriles.

Solo quedó de todo aquello el tramo entre Villacañas y Santa Cruz de la Zarza, que fue reinaugurado en 1954 para ser reutilizado para el transporte de viajeros y para el cereal, vino y aceite entre las localidades de la comarca. Sin embargo, como otros trayectos de ferrocarriles secundarios, no pudo completar sus propósitos, por lo que la línea dejó de dar servicio en noviembre de 1965, siendo desmantelado años más tarde.

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