Cookie Consent by Free Privacy Policy Generator Vía Verde de Arrazola

Vía Verde de Arrazola

Historia del Ferrocarril

El ferrocarril minero de Apatamonasterio a Arrazola es uno de los que, sin duda alguna, acoge uno de los más sonoros topónimos del panorama ferroviario nacional. Nacido casi con el siglo XX, fue en el remoto 1903 cuando los raíles de la empresa Ferrocarril Bilbao a Durango se prolongaron desde su terminal duranguesa hacia un primer ramal que arribaba hasta Apatamonasterio. Este ramal se creó con la finalidad principal de transportar mineral de hierro desde las minas de Arrazola hacia la potente siderurgia acogida a las orillas de la ría bilbaína. 

A estas minas las vías llegaron apenas cinco meses más tarde, en febrero de 1904, y un año más tarde, también desde Apatamonasterio, hasta la villa de Elorrio, completando un tridente de vías en el corazón del Duranguesado. El ferrocarril, en un principio de vapor, fue electrificado, pero rápidamente el tramo de Elorrio fue tomando protagonismo frente al modesto ramal minero. Las minas entraron en crisis a mediados de los años treinta, anunciando ya el ocaso de este ferrocarril, que fue perdiendo tráfico.  

El último tren mercante regular pasó por estas vías a finales de 1935, y el último de viajeros lo hizo apenas un año después. Las vías no se levantaron, permaneciendo activas de forma eventual, ya fuera transportando mineral, en esporádicas reaperturas de la mina, o sacando maderas desde cualquiera de los bosques que orlaban la vía. Como tantos otros ferrocarriles industriales, su historia se difumina en el tiempo y su muerte se verifica en 1959, cerrándose luego el ramal de Elorrio en el no tan remoto año de 1975.

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