Camino Natural Vía Verde Ruta de la Plata (Plasencia - Béjar)
Historia del Ferrocarril
Unir la fachada occidental peninsular fue el papel que cubrió este ferrocarril desde su alumbramiento oficial el 21 de junio de 1896. Cierto es que tres años antes ya corrían trenes desde aquel Plasencia-Empalme (hoy Monfragüe) hasta la también cacereña estación de Hervás, pero hubo que esperar ese trienio para que el Ferrocarril de Madrid a Cáceres y Portugal pusiera en marcha la línea completa.
A tal fin, la empresa inicial se redimensionó y renombró, pasando a ser conocida como la “Compañía de Explotación de los Ferrocarriles de M.C.P. y del Oeste”. Bajo este marchamo se puso en servicio esa gran dorsal de acero que conectaba Astorga, por donde ya pasaba la línea de la Compañía del Norte de Madrid a Coruña, con Palazuelo, ese empalme en la dehesa placentina, correspondiente con la línea de Madrid a Cáceres y Portugal. Una línea que servía a dos capitales provinciales, Salamanca y Zamora, y que pasaba por núcleos de rica actividad industrial, como la villa de Béjar, o comercial, como Plasencia, Benavente y La Bañeza.
La línea fue de titularidad pública a partir del año 1928, cuando el Estado inició su papel de rescatador de líneas en crisis y promotor de nuevos trazados. Para ello se creó la nueva empresa “Compañía Nacional del Oeste”, que agrupaba otras líneas de ancho ibérico de esta zona. El ferrocarril jugó un papel crucial durante la Guerra Civil como herramienta logística de los sublevados, pero un cierto abandono de la misma, como el de otras transversales españolas, derivó en un incomprendido cierre en 1985, en principio sólo para los servicios de viajeros, y finalmente, en 1996, a todos los tráficos. Solo sobrevivió el ramal de acceso a Plasencia.