Vía Verde de Torrevieja
Descripción de la ruta
La Vía Verde de Torrevieja, ejecutada sobre el ferrocarril salinero de la línea Albatera-Torrevieja, vio la luz gracias a una fórmula de cooperación permitiendo la eliminación de la línea de alta tensión que cruzaba la laguna salinera a la vez que se realizó la construcción de la vía verde. En definitiva, una inversión de servicio público con doble finalidad.
Pongámonos en marcha
El restaurado complejo ferroviario de la localidad de Torrevieja se sitúa en la confluencia de las avenidas de la Estación y Urbano Arreguí, en las inmediaciones de la playa del Acequión y en la parte oeste de dicha población levantina.
La antigua estación de Torrevieja está compuesta por el edificio de viajeros, tres naves adosadas utilizadas como almacén, la caseta de urinarios, el almacén de carga y la antigua cochera de amplios portones arqueados donde dormitaban y se mantenían las locomotoras.
Un lateral de este recinto ajardinado está delimitado por el Acequión. Lo que a primera vista pudiera parecer un río, es en realidad el canal que inyecta en las salinas de Torrevieja el agua marina que, una vez evaporada, deja tras de sí la salmuera. Esta obra de ingeniería es por tanto de vital importancia para la obtención de sal, razón principal de la existencia del extinto ramal ferroviario Albatera-Torrevieja. Sobre el Acequión aún se tiende un puente de piedra, testigo del paso de un convoy más modesto: las vagonetas cargadas de sal que iban desde las salinas a las Eras de la Sal, almacén y embarcadero del siglo XVIII que contaba con un muelle de madera para descargar las vagonetas de sal en los barcos. Los marineros llevaron la sal, a tierras tan lejanas como la cubana, y a su regreso de aquellas sensuales tierras trajeron sones y canciones que dieron lugar a las habaneras. Pero dejémonos de cánticos.
Fuera del recinto ajardinado se encuentra el muelle de mercancías. Construido en vistoso ladrillo, forrado en la parte alta de madera y con una llamativa cubierta. Precedido por un recinto donde se exponen una vagoneta salinera y un serpentín, el almacén recuperado como Centro de interpretación muestra en su interior, la evolución de las técnicas empleadas para la extracción de sal y la historia misma de las salinas de Torrevieja. No obstante, conviene informarse de las épocas y horarios de apertura.
Tramo urbano
La vía arranca en el costado izquierdo del centro de interpretación e inicia su llano discurrir en paralelo a la avenida de la Estación, dejando a la izquierda las antiguas cocheras de locomotoras, ahora en uso para asistenciales. Luego, pasa bajo la circunvalación de la carretera N 322 y se encuentra con montañas blancas de sal, las cintas transportadoras y demás instalaciones de la industria salinera. Tras estas vistas, la vía se desarrolla en una larga recta con varios cruces a nivel (¡Precaución!) acotada a ambos lados por viviendas adosadas rodeados por coloridos jardines, esencia misma de esta vacacional Torrevieja que se extiende, por obra y gracia de la segunda residencia, hacia el interior, una vez colmada la primera línea de playa. Así, la vía verde es una alternativa sana, poco estresante y apetecible para llegar a la playa del Acequión. En este tramo se mezclan ciclistas cargados con sombrillas y caminantes luciendo moreno, con deportistas y amantes de la naturaleza portando prismáticos que alargan su recorrido hacia las lagunas salinas.
Junto a las salinas
En el sexto cruce a nivel (km 3,4), el último y más peligroso, la rectitud se torna en curvatura, el doble carril para peatones y ciclistas da paso a un solo camino con el firme asfáltico y, lo más importante, la vía verde deja atrás la urbanidad en pos de adentrarse en un cañaveral, barrera natural que impide en algunos puntos ver la laguna de Torrevieja. Este cañaveral puebla las márgenes de la laguna rosada y, además de constituir las únicas pinceladas verdes perennes en esta ruta, es un socorrido refugio para una multitud de aves: cigüeñuelas, tarros blancos, aguiluchos cenizos, avocetas, chorlitejos patinegros, charranes, charrancitos y alcaravanes que confieren a las lagunas de Torrevieja y La Mata un importante interés ecológico. Al final de ese cañaveral se ha instalado un área de descanso. Nada más acertado, porque aquí es donde por primera vez se aprecian las calmas aguas y la inmensidad de las salinas tintadas de rosa.
Tras el área de descanso la vía verde perfila la orilla de la laguna, cuyo perímetro se encuentra cerrado al paso por una malla metálica. En tal paisaje algo lunar, cabe alabar a los paupérrimos matorrales, como salicornias, juncos, saladillas y senecios, que allí proliferan en condiciones de hipersalinidad. Recordamos al viajero que el baño en las lagunas está completamente prohibido.
En el km 5,5 la vía verde supera un segundo área de descanso y, progresivamente, se aleja de la laguna rosa por el anticlinal de El Chaparral la franja de tierra que separa las lagunas de Torrevieja y La Mata. Una franja de tierra inhóspita y solitaria de suelo pedregoso capaz de invalidar todo esfuerzo agrícola. Finalmente, la vía verde termina en la carretera que se dirige a la localidad de Los Montesinos, regalando unas amplias panorámicas de la laguna de La Mata. En dicha carretera, apenas unos 200 m a la derecha, podremos enlazar con el carril bici que vuelve a Torrevieja en paralelo a la carretera CV 90, o encaramarnos en uno de los puestos de observación que miran a la laguna de La Mata. De este modo, la vía verde nos ofrece la posibilidad de realizar un recorrido circular sin compartir apenas espacio con los vehículos a motor.