Vía Verde de Vigo-Redondela
Descripción de la ruta

Durante todo el trayecto se respira la esencia atlántica de Galicia, mar y montaña, tradición y modernidad, historia ferroviaria e industrial a la vez que regala unas vistas espectaculares sobre el estuario de la Ría de Vigo, y de las más bellas y conocidas de Galicia. Esta vía es perfecta para quienes buscan un recorrido breve pero diverso, que conecta el dinamismo urbano de Vigo con el carácter más rural, marinero y tradicional de Redondela y sus alrededores.
Así que, sin más, cálzate unas zapatillas, prepara tu mochila y ¡comienza la ruta!
Dentro del entorno urbano vigués
La ruta comienza con un marcado carácter urbano a tan solo 500m de la estación de tren Vigo-Urzáiz. Durante 2 km el itinerario discurre en paralelo con la Autopista del Atlántico. A la altura de la Rúa de San Lourenzo se cruza el primero de los tres puentes que se encuentran en esta ruta. Se avanza en la ruta dejando atrás la telaraña de autopistas y carreteras locales que tanto caracteriza esta zona de Vigo moderno.
El itinerario continúa confundiendo gratamente al viajero, pues la naturaleza y la ciudad se entremezclan. A mitad de ruta, un segundo puente se nos presenta a la altura de la Rúa do Xuncal, las vistas que se divisan invitan a parar otear a un lado y a otro: a nuestra izquierda, a lo lejos se vislumbra la “Praia Punta” y sus colores azulados, y a nuestra derecha se divisa el ya familiar paisaje urbano que acompaña a la ruta desde el inicio.
Una ruta en perpendicular a la Ría de Vigo
Una vez superado el entorno más inmediato del centro urbano, la vía verde se adentra en zonas que ofrecen una perspectiva diferente de la ciudad; el inicio de la conexión con la naturaleza y con el mar. Esta cercanía al Atlántico permite una experiencia multisensorial: el olor a salitre, la brisa fresca, el canto de las gaviotas y un paisaje que cambia con la luz. Hacia el km 3, el camino ofrece vistas parciales de la ría de Vigo, uno de los grandes tesoros naturales de Galicia, un preludio de lo que aguarda más adelante. La ruta pasa por la zona de Teis, que, aunque periurbana, guarda historia y patrimonio de la vida popular. No muy lejos de la ruta, se puede encontrar el Peto de Ánimas de Teis, un símbolo de religiosidad popular gallega y su patrimonio etnográfico.
A medida que se progresa en la ruta, la vía verde se transforma, en ella se pueden apreciar algunos tramos donde todavía se ven vestigios de los raíles originales, cicatrices de su pasado industrial que marcó el desarrollo de la Galicia urbana del siglo XX.
Al aproximarse a la frontera entre Vigo y Redondela, el paisaje se abre y se intensifica. En el tramo de Chapela, el carácter gallego se vuelve más evidente: pequeñas construcciones, espacios verdes y un horizonte dominado por el majestuoso Puente de Rande, que se alza como símbolo del vínculo entre modernidad e identidad gallega.
Este tramo final ofrece las mejores vistas y áreas de descanso, muchas de ellas sombreadas por árboles autóctonos y bancos donde disfrutar de la calma del lugar. Se ha cuidado especialmente la puesta en valor del patrimonio, como la restauración de un antiguo lavadero que añade interés histórico y cultural al paseo.

Un kilómetro más allá del apeadero se alcanza el final de la Vía Verde, ya en tierras de Redondela, villa acogedora que conjuga tradición, belleza natural y espiritualidad. Aquí confluyen dos rutas del Camino de Santiago: el Portugués Central y el de la Costa, lo que hace de Redondela un punto de encuentro para peregrinos de todo el mundo y una muestra viva de la hospitalidad gallega.
Para quienes tienen tiempo, vale la pena explorar sus calles, su gastronomía marinera, y sus alrededores, donde los acantilados, las playas escondidas y los miradores sobre la ría convierten a esta zona en un auténtico emblema del turismo sostenible y de proximidad en Galicia.
Fin de la ruta. Nos llevamos una lección bien aprendida: la Vía Verde de Vigo–Redondela no es solo una ruta cicloturista o peatonal. Es una invitación a descubrir Galicia a otro ritmo, como un territorio que combina modernidad y memoria y provoca toda una experiencia para los sentidos.