Camino Natural Vía Verde del Cidacos
Descripción de la ruta
Nuestra ruta se inicia en la imperial Calahorra (km 0), a orillas del Ebro. Allí, el ferrocarril de Calahorra a Arnedillo iniciaba su camino junto a la estación de la que no queda resto alguno. La vía verde da comienzo en el Parque del Cidacos en un primer tramo compartido con vehículos que acaba en un área recreativa donde podemos ver restos de un acueducto que servía para abastecer de agua a la romana urbe de Calagurris. A partir de aquí la vía avanza en paralelo a la carretera comarcal LR 134 y, tras unos 6 km, se llega al antiguo apeadero del río Livillos. Merece la pena destacar que cerca de la vía verde se encuentran varios humedales con gran interés para los aficionados a la ornitología o birdwatching: las balsas de La Degollada, la laguna del Recuenco y el embalse del Perdiguero.
El camino sigue paralelo a la LR 282 y antes de la entrada a Autol, cruza la carretera para seguir hasta la antigua estación, donde podemos reponer nuestra cantimplora. El camino no entra en el casco urbano de esta localidad riobajeña, pero no podemos pasar por alto el parque del Cidacos donde llamarán nuestra atención El Picuezo y la Picueza, dos maravillas geológicas en forma de monolitos rocosos de más de 45 m de altura.
Dejamos Autol a través del túnel del Gollizo (km 12,4) de casi medio kilómetro y con iluminación y seguimos en dirección a la localidad de Quel. Este tramo discurre entre huertas, por lo que no es raro encontrar algún vehículo en el trazado. Aunque algunos de ellos están autorizados a circular para acceder a sus huertas, mucha prudencia, por favor.
Entramos en Quel (km 15,2) por un cómodo paseo junto al río. Destaca la silueta de su castillo que corona la villa y da nombre al propio municipio, ya que en árabe Qalat significa castillo. La vía continúa por la rica vega del Cidacos hasta entrar en la ciudad del calzado, Arnedo (km 20).
A partir de ahora toca seguir camino aguas arriba del Cidacos. Cerca de 14 km que son un buen ejemplo de la transición entre el paisaje propio de la vega y el de sierra. En Arnedo y, para evitar la zona urbana y más industrial de esta localidad se diseñó en 2018 un nuevo trazado que resulta más seguro y agradable. La nueva variante perfila un recorrido que transcurre paralelo al río y sus sotos. Viniendo desde Quel, a la altura del puente de Francos iremos a la izquierda para descender paralelos al margen izquierdo del río. Este tramo está muy concurrido tanto por gente que va a pie como en bicicleta al encontrarse muy próximo a la localidad arnedana y al Parque del Cidacos. El trazado continúa dejando Arnedo a la derecha donde en lo alto podemos contemplar los restos consolidados de lo que fue un castillo de origen visigótico que desde hace unos años se puede visitar con un guía local. Es una ciudad también donde abastecerse si vamos carentes de algo.
Y si se dispone de tiempo, y no os importa desviaros un poco de la ruta, merece la pena concertar una visita guiada a las cuevas de los Cien Pilares, en el cerro de San Miguel. Se trata de un entramado de túneles y pasadizos excavados en la roca cuyo origen se remonta a la Edad Media. En época altomedieval albergó muy probablemente en sus estancias al monasterio de San Miguel.
Dos kilómetros adelante una moderna pasarela permite acceder al monasterio de Vico (km 23,9), un lugar desde el que se abre un bonito balcón del valle los montes que lo flanquean. La Virgen de Vico es objeto de gran devoción en esta comarca. Se puede visitar la antigua iglesia barroca y la cripta, la capilla y la antigua sacristía que contiene obras de arte de mucho valor conservadas por la Comunidad Cisterciense, que ahora habita en el monasterio.
De vuelta a la vía avanzamos por un nuevo tramo compartido con vehículos de algo más de un km hasta llegar a Herce (km 26,9) y a su estación con fuente, reconvertida en albergue juvenil. En lo alto del farallón rocoso que protege la localidad de Herce se divisa la silueta de las ruinas de una antigua fortificación islámica. En las inmediaciones del castillo también se encuentra la ermita de El Salvador y un mirador que nos ofrece una amplia panorámica del valle.
Pasado Herce, la vía atraviesa una amplia y rica vega repleta de huertas y cruza el río Cidacos sobre un puente. A partir de aquí el trazado se eleva lentamente y a la altura de Santa Eulalia cruza la carretera que va a Préjano, discurriendo por algunos tramos en trinchera. Poco después, a la izquierda podemos tomar la variante de la Vía Verde de Préjano o seguir nuestro camino por la Vía Verde del Cidacos.
En el km 30,4 de la Vía Verde del Cidacos pasa junto a la estación de Préjano, mientras se avanza cerca de la carretera comarcal LR 382, atravesándola en varias ocasiones hasta llegar a un mirador que ofrece una buena panorámica del valle del Cidacos, de las peñas de Arnedillo y de la alineación de cortados rocosos de Santa Eulalia. Poco a poco el paisaje se va encajonando y la amplia vega del río se estrecha para presentar un entorno más estrecho y rocoso.
La vía inicia en este punto uno de los tramos más espectaculares del recorrido: el cañón de Arnedillo y los abruptos relieves del espacio Red Natura 2000 “Peñas de Arnedillo, Peñalmonte y Peña Isasa”, zona protegida por albergar numerosas rapaces que nidifican en los roquedos con presencia de águila azor-perdicera y de alimoche, además de águila real, búho real, buitre y halcón peregrino.
En las proximidades de las peñas de Arnedillo podemos visitar el centro de interpretación y observación del buitre leonado, conocido popularmente como el Mirador del Buitre, situado en el antiguo cargadero de la cantera, a 800 m de Arnedillo. Desde el centro los visitantes pueden observar en directo el comportamiento de la colonia del buitre leonado y sus pollos, mediante un monitor instalado en la sala que capta las imágenes emitidas por una videocámara telecomandada situada en el roquedo. ¿Sabías que existe un centro similar en la andaluza Vía Verde de la Sierra?
Proseguimos camino y el trazado cruza el río Cidacos por un puente para adentrarse en un último túnel que sale a Arnedillo, iluminado. El interior del túnel es muy singular, ya que en su construcción se utilizaron técnicas de revestimiento a partir de arquillos laterales de ladrillos. Sin embargo, aquellos que prefieran la luz natural a la iluminación de esta galería, sepan que existe un camino lateral que esquiva el túnel fácilmente.
Al otro lado del túnel alcanzamos en seguida la antigua estación del ferrocarril. El veterano edificio presenta una imagen impecable ya que hace unos años fue rehabilitado y sirve como piscina municipal. Buen final si la jornada es calurosa.
Frente a este conjunto, en la otra orilla del río, las humeantes piscinas de los baños termales de Arnedillo son todo un espectáculo, especialmente en los fríos amaneceres de invierno. La temperatura del agua puede alcanzar los 52º. Para los más decididos, hay unas pozas naturales acondicionadas para el baño, a diferentes temperaturas, en las que se puede disfrutar libremente de estas aguas tan salutíferas.
Y ya la localidad de Arnedillo (km 34), punto final de nuestro itinerario que nunca defrauda al visitante pues además de estar enclavada en un singular paisaje entre las sierras La Hez y Peñalmonte, presenta muchos atractivos turísticos. Rutas senderistas, numerosas ermitas, el balneario de aguas termales, miradores y observatorios de fauna son algunos de los recursos con los que cuenta la localidad.